Te veo surgir de la nada,
entre luces de colores
y soles bordados.
Tus brazos
se doblan y se levantan
tupidos de versos
en ese balcón florido.
Flor de la nada
de ese balcón enamorado,
entre geranios sonrojados
te alzas orgullosa
con tu color de miel,
olor de amor profundo
y fragancia penetrante.
Copa de luz amarilla
saludas a tus vecinos,
tus ojos centellean
a la luz eterna
en silencio definido,
abriéndose al firmamento
sacias tu apetito.
Sin miedo
Ni a la lluvia ni al viento,
ni a las vocales ni consonantes,
ni a la noche oscura,
te defines con palabras
amarillas,
grandes y majestuosas