Oda a los volantines
Ya la primavera ríe y levanta sus banderas de diversos colores, mientras los niños piruetean sus volantines inundando el espacio […]
Ya la primavera ríe y levanta sus banderas de diversos colores, mientras los niños piruetean sus volantines inundando el espacio […]
El limonero sonreía aquella mañana, a través de la ventana, entraba su aroma. Mientras el sol se mostraba, ardiente lucía.
A veces en la penumbra de la habitación, solo una velita alumbra, un débil y tenue resplandor la envuelve.
Era el día más helado de invierno, de lejos, en medio de un silencio oscuro, se escuchaba el zumbido aterciopelado
El paraguas sin nombre, yacía en el paragüero. Seguramente lo dejó alguien olvidado. Su sencillez y su color oscuro
Con tu nombre en mis oídos, me resuenas poesía, oh, bonsái hermoso, te invito a danzar y a cantar juntos,
Bajo la noche opulenta de astros, el bosque se lamenta, porque su silencio se convertirá en sangre. Ya de
Luna lunita, lunita luna, hermosa te ves descender del cielo. Atravesando el firmamento entre estrellas y guitarras, mis ojos
Cultivando una rosa roja en el jardín de mi casa, mientras el sol besaba la tierra aún húmeda, ¡era el
Ilumina el espacio con su dulce vestimenta verde, mi amigo el árbol, suspirando bajo un rayo de mediodía me sonríe
¡Qué hermosa la lluvia y su melodía! sentir correr su agua sobre la naturaleza y su enigma, sobre el alféizar
Ya se ven acumuladas y oscureciéndose las nubes en el cielo. Ya se siente el viento fresco, soplar con
Ya sin tu aire verde, tus hojas yacen en la tierra larga y profunda. Tu cuerpo todo, desnudo y
La plenitud de sus árboles frutales, hacía temblar la tierra, con sus colores y aromas iluminaba la casa y sus
Amanecía en el olivo, la aurora, iluminando su nuevo día. El sol, con su suave rayito lúcido e inocente, besaba
Mi alegría, el cabello al viento, navegando en el océano, el olor a campiña en medio de un bosque y
La primavera sonríe, con su vestidura tan elocuente, tan pura y adornada de colores se presenta en un campo florido.
Les voy a contar un cuento en un país de cordillera, hoy día de fiesta los mariachis se avecinan, encendiendo
Cultivando una rosa roja en el jardín de mi casa, mientras el sol besaba la tierra aún húmeda, ¡era el
Sobresalía en el sendero, aquella piedra, que día a día, ida y vuelta, subiendo por la rampa me indicaba el
Ese jarrón de mármol que adornaba la escalinata, llamaba la atención de todos los pasantes. Minuciosas manos le limpiaban
Hojas de octubre, hojas otoñales, arde la tierra vuestra presencia, con un dulce lamento otoñal llegáis a cantar colores, alegría,