Bajo la noche
opulenta de astros,
el bosque se lamenta,
porque su silencio
se convertirá en sangre.
Ya de día,
máquinas y hombres
despiertan su silencio,
una carretera lo atravesará.
Voces se escuchan
indecisas y apresuradas,
el ruido aumenta
sin pausa y en círculos
El bosque se lamenta,
sus vestiduras
caen y caen
y su lamento
se pierde
en el polvo y en el aire.
El olor a leña,
se expandía
como si lo árboles
estuvieran vivos.
Tantos troncos y troncos
yacen ya amontonados,
esperando ser llevados
y terminar tal vez
en leña o muebles.
El bosque se lamenta,
porque su silencio
se ha convertido en sangre
y finalmente llora,
se resigna
y canta al silencio.