Viejo y raído,
gastado por la mirada,
olvidado en el rincón.
en medio de otros tantos
se encontraba aquel libro.
Con su raído esqueleto
y su glorioso contenido,
ignorado entre la sombra
le contemplaba con placer.
Por él pasaron
muchas manos y miradas.
Te hemos hojeado
dándote luz sin duda,
alegría y música
con sabor a lectura.
Tu tierna portada rosa
raída y gastada
por tantas manos
que pasaron por ella,
al igual todo tu cuerpo.
Tienes un nombre
y apellido también,
para siempre en el recuerdo,
no es sueño sino verdad,
existes al igual que yo.
Alegría, gozo, amor,
pena y tristeza
siempre entregando.
Te conocí de repente,
entre tinieblas y luz.
Nuestras miradas
se han cruzado,
ahora me perteneces,
tienes un lugar no oscuro
sino visible.
Todos te quieren saborear,
ya no estás sólo.
Todos quieren hojearte
y saber tu historia y pasado.
¡Oh libro bendito!,
visible y libre del polvo.
Tu mundo está aquí,
frente a las miradas