La nieta y su abuelita

Viajan juntas en el tren

al zoológico encantado,

el viaje un motivo sin reglas

lo disfrutan ambas con gozo.

La nieta corre riendo

detrás de una paloma,

mientras los corderitos

y cabritas la rodean feliz.

Hermosa verla con sus manitos

dándole comida a esos animalitos,

sin miedo a lo inesperado

¡brillan sus ojitos de alegría!.

La nieta y su abuelita

son estrellas divinas,

viajando, riendo, cantando

a través del paraíso de los animales.

Tanto elefantes, jirafas y gorilas

sienten el donaire de la niña,

resplandeciente de alegría

lo muestra corriendo y riendo.

Un ratoncillo en el camino

se detiene y se hacen la venia,

recogiendo restos de su comida

le agradece el banquete.

La nieta y su abuelita siguen su camino

a divertirse dicen con placer,

el sol quiere bañarnos de calor

con ese aire de gran señor.

Y así concluyeron su paseo,

riéndose se despiden

del encantado paraíso.

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