La tarde se acerca
con su perfume seductor
llenando la calle vacía.
Se saludan de frente
niños y gente.
La calle se llena
de voces sonoras.
Sonríen a la tarde
niños y gente.
Con bolsos y carros,
llenan la calle vacía
y con ruidos ardientes
le cantan al tiempo.
El astro rey se muestra,
contemplando con gozo
la presencia alegre
de aquel tumulto de gente.
Llenan la calle
en algazara de voces
nuevas y viejas.
Aparecen y desaparecen
devorando la tarde.
La noche desciende
como una brasa negra
dejando la calle vacía
sin niños ni gente.