Una lágrima
moja ese rostro
esperando respuesta.
Sin mostrarse al viento
recorre los caminos
de un corazón angustiado.
Aquella lágrima
húmeda y valiosa,
fluye en un río de agua dulce,
se deja llevar sin rumbo fijo.
¡Navega lagrimita, navega!
Cruza el universo del corazón,
encontrarás
una sonrisa y una caricia
consoladora.