Manos grandiosas
hechas para un poema,
que se está escribiendo
con palabras y letras.
Alegres y amorosas
son esas manos que se levantan
para coger un libro
y sacudir las letras.
Manos cooperativas y unidas
que sonríen al trabajo,
que sin temblar se levantan
mostrando su corazón.
Manos que callan
sin decir las tantas cosas
que a cuestas se llevan
bajo las estrellas en la noche.
Manos pequeñas y bellas
que tanto sueñan
con compartir las cosas,
sin tristeza a la pobreza.
Manos cariñosas
que sin lágrimas de noche,
llenas de alegría y coraje
enseñan la sonrisa.
Manos tendidas
en la acera mojada,
que aguardan la mirada
del pasajero aire
para alimentar su corazón.
Manos y manos,
heridas del trabajo
y de los quehaceres diarios,
del frío duro y ciego.
¡benditas sean las manos!