Por el camino del tiempo
la calle rompe el silencio,
arrastrando
un enjambre de inmundicias
y sombras con sabor a bostezo,
mientras una ola de temblor
desciende por la ciudad desnuda,
tropezando y recogiendo
las últimas palabras entumecidas
por el escalofrío del tiempo.
El tiempo tiembla sin miedo
descendiendo por las calles vacías
y murmurando en carcajadas rotas
por el insomnio de los sueños
escondidos en el tiempo,
así el tiempo tembloroso
va dejando sus huellas
húmedas de tristezas,
encendiendo
su hoguera feliz
en las entrañas del silencio.