Cultivando una rosa roja
en el jardín de mi casa,
mientras el sol besaba
la tierra aún húmeda,
¡era el día más hermoso de abril!
Mis ojos percibían ya
al rosal y su aroma.
Sintiendo en mis manos
la caricia de aquella,
me parecía ya
un sueño
el rosal y su sombra,
¡era el día más hermoso de abril!
Sentía ya llegar
una nube viajera
que traía el viento,
apuntando al rosal
su silencio y su sombra,
dejando sus huellas húmedas,
¡era el día más hermoso de abril!
“El rosal en el jardín”,
el más hermoso,
donde se posan los ojos,
una rosa roja y su belleza.