Nostalgias

Era la primera vez que viajaba a ese país de cordillera después de treinta años en el exilio. Quería hacer real mis sueños de antaño. Recorrer lugares de mi infancia, y antes que nada mi domicilio, esa casa de ensueños donde los recuerdos rebotan y se hacían reales solo un momento en mi corazón. La emoción era tal que con ese nuevo tráfico me perdí un instante pero llegando a la esquina donde estaba la parroquia, igual que antes me alegré tanto que doblando la mirada al lado contrario  mis sueños no estaban claros. ¡qué veía delante!,no podía creerlo, parece que algo nuevo se adelantó e hizo una limpieza total, ya la calle de mis corridas no existía, yacía un  supermercado impresionante con sus oficinas y nada del antaño ni siquiera aquella sequía que daba a un gran canal donde fue a parar mi hermana pequeña, éramos cuatro rosas que mirábamos ansiosas correr un barquito de papel que navegaba a través de sus aguas cuando la menor perdió el equilibrio y cayó con el barquito pasando bajo un pequeño túnel demasiado angosto para caer en el canal, viniendo aquellos hombres que haciendo un muro tomados para recogerla, pero había quedado atascada en el túnel, un ángel amigo la recogió con el barquito, esos recuerdos están pero la realidad es otra. La nueva cirugía estética pasó a llevar todo, hasta el lugar más insólito donde nadie más que las cuatro infantes tenían acceso habían sido descubierto e eliminado, ¡qué juegos quedaron bajo aquellos cementos enterrados! Solo se veían gentes entrando y saliendo en tumultos, con sus bultos repletos de sus compras del día. Nada quedaba en pie ni siquiera el perfume del jardín cementado y barrido de aquella historia infantil. Todo fue reemplazado intencionalmente dejando solo recuerdos y más recuerdos 

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