Sangrienta realidad sufrida

Dictadura sangrienta

con tus tenazas

de fuego y odio,

sin detenerte

llegaste

a ese pueblo divino

separando

a seres queridos,

llevando

almas inocentes.

 

Con piedras candentes

entraste

al corazón

de ese pueblo querido.

volteando

muros

y puertas cerradas

dejando

olas de sangre.

 

Gritos

de dolor

y angustia

se escuchaban de lejos,

transformándose

en temporal

de lamentos humanos.

 

¡Qué ciega mente atrofiada

con odio a ese pueblo querido!

¿Por qué?

nos preguntamos.

¡Qué tristes almas sombrías

perdidas

en las inmensidades

del océano terrenal!

 

Por todas partes pasaste

dejando

el olor a casas vacías,

cenizas de dolor

derramaste

sin nombres del día

en lugares distintos,

llegaste

acechando

callejones sin salida,

el dolor y el miedo

que ya no dormían.

los sueños se perdían

en las noches vacías.

 

¿Por qué?

nos preguntamos,

el trabajo se hacía duro,

el pan había que ganarlo

con lágrimas húmedas,

transformándose

el aire en dolor,

el viento en angustia.

 

La esperanza ya no cuenta

de tanto esperar.

Seres queridos

se pierden

en el firmamento terrenal.

Cuántas almas destruidas,

cuántas familias destrozadas

ya no ven al que perdieron.

 

Los sueños ya son esperanzas,

esperanzas perdidas.

Lluvias de sangre

no olvidadas

se reflejan

en las estrellas de la oscuridad.

 

Quién no llora

la realidad sufrida,

quién no escucha

el viento del ayer,

quién no siente

el corazón vacío,

quién nos devuelve

a nuestros seres queridos.

 

Por aquí pasó

el frío de la muerte,

dejando

la angustia del exterminio

en corazones sin nombres.

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