Aún se escuchan esas voces
llenas de tristezas y dolor
pidiendo ayuda.
¿Por qué?
sangre corre ,
vistiendo todo a su alrededor,
de rojo inocente.
Las palabras fluyen
en un arroyo inocente,
marcando el tiempo.
Inútil es todo,
risas y voces se confunden,
“pasó por aquí”,
dejando huellas detrás.
La lucha entre
la muerte y la vida
inundan el aire.
Susurros suplicantes
se pierden a través del viento,
sin dejar rastro
ni ansias de vivir.
El llanto se escucha
cada vez más despacio,
hasta perderse en el aire.
Uno de tantos
a la orilla llegó,
en el silencio de la noche.
Su sueño era mi sueño,
su mirada, la mía.