Fui maestra

Fui maestra

en una escuelita de barrio,

donde niños

descalzos, tristes

y hambrientos

la llenaban.

 

Fui maestra

por corto tiempo,

un remolino de viento

y sangre,

inundó la ciudad,

arrasando pueblos

y separando familias.

 

Fui maestra

de aquellos rostros infantiles,

agrietados por las penas,

expresando un porqué

sin respuesta.

 

Fui maestra

de esas vocecitas infantiles,

que sonreían al silencio,

en el patio de la escuela

con juegos, humor

y pasatiempos.

 

Sus estilos y caligrafías,

las habían diferentes,

algunas joviales,

jocosas, melancólicas,

unas pedían cariño,

otras comida o dinero.

                                               

Fui maestra

de aquellos ojitos,

donde brotaban

a veces

caudales de lágrimas,

demostrando

dolor y tristeza.

 

Fui maestra

de niños

vestidos de tristeza,

que lloraban hacia dentro.

 

Sentían

como la  campana sonaba

y como la lluvia cantaba

a través

de los cristales rotos.

 

Si todo hubiera sido un sueño,

despertarían

sin alambres de muerte

buscando

un ángel amigo.

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