Te vengo a cantar Reina Cisne,
a tu sonrisa
que tanto conmueve
nuestros recuerdos de nuestra juventud,
a tu corazón,
que guarda miles de tesoros de aquel antaño divino,
a tus palabras,
llenas de esperanzas
que dan armonías.
a tu cuerpo,
que es mi sangre que corre
por los caminos del corazón,
a tus lágrimas,
llenas de tristeza
que deshacen el silencio amigo,
a la alegría,
de nuestra amistad
de años de silencio sin respuesta y con un final airoso
lleno de sorpresas diarias