Era un día cualquiera de primavera
Cuando feliz la princesa despertaba,
Después de un largo sueño
Que la tenía cautivada.
Respiraba fatigada
Porque anoche había descubierto
El verdadero amor que la acosaba.
Desde hacía años atrás.
En su sueño,
Se le acercaba un caballero
Risueño y vestido sin sombra,
Tan real y de mirada brillante.
Entonces dándole un beso
En sus mejillas dormidas,
Como un rayo de fuego
En su palacio despertó.
Príncipe amado
“Ven a sacarme de mi luto”,
Quiero los colores de primavera
Que me hacen sentir holgada.
Príncipe amado
Tus caballos te traerán,
Y mi mano te daré.