Besa al día con su vestido dorado
el sol de mediodía,
la alegría de sus brazos
se esparce en el jardín
mostrándose
un abanico de arco iris.
La tierra se llena de gozo
con su pintura escogida,
la belleza natural de su poema
conmueve a todos los corazones,
sonriente merece su nombre
La belleza de su naturaleza
saca su sombrero de plumas,
dándole su sonrisa al aire puro
en un mundo de meditaciones,
que comienzan a sembrar
con sus pinceles coloreados
la belleza de sus ojos.
La tierra ya sueña
al oscurecer
y cuando comienza a clarear,
disfruta la presencia del tiempo
cálido o frío, dulzón o amargo,
sin tristeza en sus ojos.
La tierra ya sueña
el silencio o el bullicio
de una ciudad a lo lejos
sin tristeza en sus ojos.
La tierra ya sueña
la caricia rosada
de la luz del sol
sin tristeza en sus ojos.