Los dos tienen una refinada
afición al gusto personal,
con la diferencia de ambos
que los separa condicionalmente
para el plato según su calidad.
Sal o pimienta, dos aliños
Inseparables y tan amistosos,
uno se complementa con el otro
a pesar de ser diferentes,
queridos y deseados ambos.
Sin ellos sería como
agonizar un plato servido,
sin ellos sería como
un agravio a una cocinera,
sin ellos sería como
una ofensa culinaria.